miércoles, 23 de diciembre de 2015

EL DUELO EN LA RUPTURA DE PAREJA

La pérdida es una experiencia inevitable para el ser humano. El proceso de duelo es una reacción natural y esperable cuando se produce.
En el ámbito de los procesos de duelo y del sufrimiento humano en general, cada persona experimenta un duelo y un dolor particular, distinto al de cualquier otro individuo; ningún proceso de duelo es réplica de otro.
El ser humano reacciona ante cualquier pérdida que le afecte organizando toda una gama compleja de sentimientos, fantasías, actitudes, conductas, que afectan a la persona en su totalidad y a los que denominamos procesos de duelo.
En una ruptura de pareja son los dos miembros de la diada los que  sufren el proceso de duelo, pero pocas veces los dos cónyuges se encuentran en situaciones parecidas. Normalmente uno vive la ruptura como un paso adelante y el otro como un paso atrás, pero para los dos es un proceso de pérdida que tendrán que elaborar.   
Será necesario entender qué elementos de protesta se mezclan con la nostalgia y la pena inicial y cómo éstas oscilan entre la melancolía, la desesperación y el desafecto. Además todo está interferido o favorecido por emociones tales como el odio, la rivalidad, los celos o la envidia.
La ruptura de pareja es una de las situaciones de duelo más difíciles de superar, porque de hecho, la persona no desaparece (como cuando fallece). De esta manera, tendré que ser testigo de la readaptación de la persona que me ha abandonado, tendré que ser testigo de cómo se readapta, a lo mejor, con otra persona........ situaciones poco gratas para mi.
Cuando una ruptura se produce a petición sólo de una de las partes, la parte abandonada sufrirá una serie de fases en su proceso de duelo particular, aunque la parte que abandona, también sufrirá un proceso (aunque menos doloroso) de duelo determinado por fuertes ambivalencias emocionales debidas al temor de que la ruptura no haya sido una buena decisión o de que haya sido motivada por el orgullo o desdén del momento. Puede sentirse culpable por el mal que en su fantasía ha provocado en los objetivos internos con sus ataques, críticas y desvalorizaciones. El proceso puede complicarse más al revivir todos estos ataques dirigidos a su ex-pareja. La persona que abandona tiene que considerar en todo momento que "el crecimiento de toda persona está ligado a su capacidad de gestionar de modo constructivo las pérdidas de su vida. La mala elaboración del duelo puede aparecer por la persistencia del odio hacia el miembro a quien se abandona con actitudes maníacas de triunfo sobre el mismo, situación que incrementa los sentimientos de culpa y que puede imposibilitar la buena marcha de todo el proceso. En este sentido, si fracasa la elaboración de su duelo ante la situación de divorcio (que ha decidido) los resultados pueden provocar una desorganización más profunda.

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