viernes, 10 de julio de 2015

ADOLESCENTES, JOVENES Y CONSUMO DE ALCOHOL

El consumo de alcohol cobra mayor relevancia cuando la población implicada son adolescentes y jóvenes en edad escolar. Los datos reafirman la tendencia de consumo que se advierte desde los años ochenta en edades escolares. El 3% de las personas entre 15 y 24 años ha consumido alcohol de forma diaria durante el último, un 23% ha consumido entre 2 y 3 veces por semana durante el último mes y un 32% ha consumido una vez a la semana en los últimos treinta días.
El problema más representativo del alcohol como sustancia adictiva, en comparación con el resto de sustancias, es la aceptación social y cultural de la que goza en España, gracias a su asociación con situaciones que normalizan y justifican su consumo. Esta laxitud normativa consigue que se generalice el problema a cualquier contexto y rango de edad sin que exista conciencia de los riesgos reales para la salud derivados de un consumo inadecuado o excesivo, y que la percepción de riesgo sea muy baja entre los adolescentes y jóvenes. La normalización del alcohol se ve acompañada, en muchos casos, del modelado al que están expuestos los jóvenes de las conductas de consumo, tanto a nivel social como familiar. Los adolescentes que tienen amigos o hermanos consumidores de alcohol, tienen una mayor probabilidad de acabar consumiendo.
Con la introducción de los nuevos patrones de consumo, se crean tendencias, costumbres y modas que pueden generar una mayor peligrosidad, sobre todo en las poblaciones más vulnerables, donde se suman la baja percepción de riesgo y la permisividad hacia el consumo. En los últimos años el consumo de alcohol se ha caracterizado fundamentalmente entre los adolescentes y jóvenes, por una alta ingesta en un corto periodo de tiempo, por lo general agrupado en el fin de semana, que ha sido etiquetado por el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism como "binge drinking". Este patrón de consumo ha sido definido como la ingesta de 5 o más bebidas en el caso de los hombres, 0 4 o más bebidas en el caso de las mujeres, en el plazo de dos horas, de manera que se alcanza una concentración de alcohol en sangre de 0,08grs./l. o superior.