martes, 29 de diciembre de 2015

FASES DEL DUELO EN LA PERSONA ABANDONADO/A POR SU PAREJA

El duelo se define como una reacción en una sucesión de fases provocada por la pérdida vincular o física de una persona u objeto emocionalmente significativa para la persona. Desde otra perspectiva el duelo es el proceso por el que se es capaz de reconstruir su mundo (y, por tanto a sí mismo) sin el objeto perdido. Se trata de dotar de un nuevo sentido a los elementos con los que el sujeto debe construir su realidad. Este proceso integra cuatro elementos que se corresponden con diferentes tareas:
  • Construir un mundo sin el objeto perdido
  • Dar sentido a los sentimientos asociados a la pérdida e integrarlos en la propia biografía.
  • Encontrar la forma de resolver prácticamente aquellas tareas para cuya ejecución nos valíamos del objeto perdido.
  • Ser capaces de experimentar afectos semejantes a los que anteriormente se orientaban al objeto perdido hacia otros objetos, lo que, precisamente supone no la re-orientación de un afecto que queda vacante, sino la construcción de un nuevo mundo, que es un mundo sin el objeto perdido, pero que es capaz de albergar objetos dignos de ser amados.
En una situación de ruptura de pareja, y cuando la ruptura se produce a petición de una de las partes, o a través de un acuerdo mutuo, los dos miembros tendrán que vivir en sus duelos particulares las tareas mencionadas.
Cuando la ruptura se produce a petición de una de las partes, la persona abandonada, además de las cuatro tareas mencionadas se tendrá que enfrentar a unas fases particulares en su duelo, que podríamos sintetizar en las siguientes:
  1. (FASE DE PÉRDIDA).- "Me han dejado". Lo que se veía venir pero no quería ver se ha cumplido. No es una fase larga, pues el enfado y la incertidumbre inicial darán paso a la tristeza. Se aconseja la aceptación, nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo... Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo llegaste sin ese adhesivo. Por lo que no se debe suplicar a la pareja que me abandona que no lo haga. Ha decidido no estar conmigo y hay que respetar, las súplicas sólo conseguirán ponerle más difícil lo que finalmente terminará haciendo.
  2. (FASE DE DESPEDIDA).- "Nunca encontraré a nadie como él/ella". "No me volveré a enamorar". ¿Quién me va a querer?. Es una fase larga y difícil. Se impone la tristeza y la impotencia. Se aconseja vivir en el presente. Tratar de eliminar el predominio del pasado y clarificar lo que se quiere hacer en el futuro en los diferentes ámbitos de la vida. Imponerse cambios aunque nos cueste organizarnos, porque es una situación definitiva no pasajera. Hay que afrontar la realidad y afrontar la nueva situación y dirigirla hacia un futuro constructivo sin autoengaños.
  3. (FASE DE ANSIEDAD).- " La idealización del que abandona". Quien me ha dejado era perfecto/a. Hace,os una selección de todas las cosas buenas que recordamos. En esta fase el síntoma principal es que no paramos de hablar de la ruptur. Se intenta que la ex-pareja vuelva, por lo que es un error muy común el mantener contacto con la  misma (mensajes, whatsapp, llamadas....)
  4. (ACEPTACIÓN).- "Asimilo la realidad". Me doy cuenta que esta persona ha dejado de formar parte de mi vida y ahora toca que yo inicie nuevas rutinas y actividades. Es aquí cuando establecemos el cambio. Hay que disfrutar de esta nueva etapa. Hay muchas cosas de las que disfrutar en la vida sin una pareja. "Sal de tu mente y entra en tu vida". De esta forma ganas independencia y tu tiempo vuelve a ser tuyo por completo. Sal de casa, conoce gente, retoma amistades, búscate hobbies y haz aquellas actividades que no hacías sólo porque tu pareja no las compartía contigo.
  5. (FASE DE SUPERACIÓN).- En ella has salido del pasado y has entrado en tu presente. Ya recuerdas las cosas con objetividad. Es la mejor fase. Se recomienda que hables con alguien para no cometer en el futuro los mismos errores. Acepta el malestar emocional residual. Evita el rencor porque culpabilizar sólo a la otra persona de la ruptura de vuestra pareja es injusto. Siempre hay un 50% en cada uno. El desgaste en una pareja no lo produce un solo miembro. Al final se ha aprendido una verdad que en forma de autoafirmación no podemos olvidar en futuras relaciones: "TE AMO PERO NO TE NECESITO".

miércoles, 23 de diciembre de 2015

EL DUELO EN LA RUPTURA DE PAREJA

La pérdida es una experiencia inevitable para el ser humano. El proceso de duelo es una reacción natural y esperable cuando se produce.
En el ámbito de los procesos de duelo y del sufrimiento humano en general, cada persona experimenta un duelo y un dolor particular, distinto al de cualquier otro individuo; ningún proceso de duelo es réplica de otro.
El ser humano reacciona ante cualquier pérdida que le afecte organizando toda una gama compleja de sentimientos, fantasías, actitudes, conductas, que afectan a la persona en su totalidad y a los que denominamos procesos de duelo.
En una ruptura de pareja son los dos miembros de la diada los que  sufren el proceso de duelo, pero pocas veces los dos cónyuges se encuentran en situaciones parecidas. Normalmente uno vive la ruptura como un paso adelante y el otro como un paso atrás, pero para los dos es un proceso de pérdida que tendrán que elaborar.   
Será necesario entender qué elementos de protesta se mezclan con la nostalgia y la pena inicial y cómo éstas oscilan entre la melancolía, la desesperación y el desafecto. Además todo está interferido o favorecido por emociones tales como el odio, la rivalidad, los celos o la envidia.
La ruptura de pareja es una de las situaciones de duelo más difíciles de superar, porque de hecho, la persona no desaparece (como cuando fallece). De esta manera, tendré que ser testigo de la readaptación de la persona que me ha abandonado, tendré que ser testigo de cómo se readapta, a lo mejor, con otra persona........ situaciones poco gratas para mi.
Cuando una ruptura se produce a petición sólo de una de las partes, la parte abandonada sufrirá una serie de fases en su proceso de duelo particular, aunque la parte que abandona, también sufrirá un proceso (aunque menos doloroso) de duelo determinado por fuertes ambivalencias emocionales debidas al temor de que la ruptura no haya sido una buena decisión o de que haya sido motivada por el orgullo o desdén del momento. Puede sentirse culpable por el mal que en su fantasía ha provocado en los objetivos internos con sus ataques, críticas y desvalorizaciones. El proceso puede complicarse más al revivir todos estos ataques dirigidos a su ex-pareja. La persona que abandona tiene que considerar en todo momento que "el crecimiento de toda persona está ligado a su capacidad de gestionar de modo constructivo las pérdidas de su vida. La mala elaboración del duelo puede aparecer por la persistencia del odio hacia el miembro a quien se abandona con actitudes maníacas de triunfo sobre el mismo, situación que incrementa los sentimientos de culpa y que puede imposibilitar la buena marcha de todo el proceso. En este sentido, si fracasa la elaboración de su duelo ante la situación de divorcio (que ha decidido) los resultados pueden provocar una desorganización más profunda.