viernes, 17 de junio de 2016

EL YO PENSANTE Y EL YO OBSERVADOR (LA FUSIÓN CON NUESTROS AUTOMATISMO MENTALES)

Cuando digo: "Soy tonto", lo digo mal. En realidad debería decir: "Pienso que soy tonto", pues a lo mejor "no lo soy o sí que lo soy", pero lo cierto es que no son más que pensamientos con los que interpretamos la realidad. El problema es que nos creemos que esa realidad es lo que pensamos o lo que sentimos. A esta situación la llamamos "Fusión". Cuando una persona se cree totalmente y se identifica totalmente  con los contenidos de su mente, se "fusiona" con ellos. En esta situación no distinguimos lo que vemos de lo que nos cuenta nuestra mente acerca de lo que vemos, como si fuera igual de válido.
De esta manera, nos convertimos en prisioneros de las reglas generadas por nuestra mente, por "debes" y "tienes" rígidos, por reglas que hacen que sigamos ciegamente las instrucciones socialmente transmitidas.
Somos prisioneros de las reglas generadas por nuestro medio cultural (que nos dicta lo que está "bien" y lo que está "mal" e introyectadas en nuestra mente en el proceso de domesticación que ha supuesto nuestro aprendizaje social e interrelacional. 
La fusión, pues, se refiere a la tendencia a que las personas parecen vivir exclusivamente en sus mentes, siendo insensibles a los sucesos que experimentan. A partir de esta fusión cognitiva, la conducta humana es más guiada por redes verbales inflexibles que por el contacto con las contingencias ambientales.
Podemos decir, pues, que tenemos dos mentes en dos los: el que piensa y siente, y el que observa lo que piensas. Diríamos que una parte de ti o de tu mente genera pensamientos, y otra los observa y reacciona o no ante ellos. No puedes controlar a tu "yo pensante", pero sí al "yo observador".
Por eso, cuando digo : "Soy tonto", lo primero que debo hacer es reconocerla como un pensamiento que ha generado tu mente, de este modo te separas de ellas, te "de-fusionas" y así no te fusionarás con tu experiencia interna, la podrás ver desde fuera y ser consciente de que es únicamente un pensamiento, que no tiene por qué ser cierto y no tiene por qué tener tanto poder sobre ti.