jueves, 23 de abril de 2015

PSICOLOGÍA DE LAS CATÁSTROFES

Desde hace unos años y cada vez que ocurre una catástrofe donde se producen pérdidas humanas, la presencia de equipos de psicólogos se ha convertido en "algo imprescindible", esta presencia ha ido creando una especialidad dentro del campo de aplicación de la psicología: "el psicólogo especialista en catástrofes".              
Pero, ¿Qué es lo que hacen estos psicólogos en estas situaciones?, ¿Cuál es su labor?, ¿Por qué se está convirtiendo su labor en algo imprescindible en estas situaciones?.
En primer lugar, el psicólogo procura que las familias no se sientan solas en ningún momento. La labor es principalmente la de acompañamiento a las familias. Tanto en el soporte básico (ofrecerles mantas, agua, ayudarles con las gestiones, etc.), hasta un soporte más emocional, como crear espacios donde ellos puedan hablar de la  manera que quieran y puedan, para que se expresen y compartan el dolor. Así como prestar ayuda individualizada a quien lo necesite. El psicólogo se encuentra en estas situaciones con mucho dolor y mucha angustia, su labor consistirá su labor consistirá en facilitar el proceso para que dentro de esa magnitud sea lo más fácil posible para ellos.
Desde el punto de vista emocional hay que informar y explicar a los familiares todos los síntomas y emociones que van a vivir en estos días. Hay que hacerles ver que lo que les está ocurriendo es algo totalmente normal y que no están volviéndose locos. Es importante que la persona sea consciente de que puede sentirse como quiera; que puede sentir rabia, dolor, desesperación, etc. Cualquier respuesta es válida. La persona es libre para sentir las emociones que siente.
Cuando la persona es consciente de esto se pasa a explicarle cuáles son los síntomas físicos que pueden ocurrirle en los próximos días. Por ejemplo, que no puedan dormir, que les venga flashback a la cabeza o que tengan recuerdos de forma incontrolada. Que sean conscientes de que esto puede pasar, que pueden sentir cualquier síntoma, y que no se tienen que preocupar por ello porque es una respuesta normal que sucede en este tipo de situaciones.
La primera reacción psicológica en el duelo es lo que llamamos negación, se trata de un mecanismo protector de incredulidad que actúa normalmente en este tipo de casos en forma de "esto no me está pasando a mí", "no puede ser así". Por eso es importante estar ahí para que no lleguen, mediante ese proceso a perderse y que puedan asimilar lo que está pasando.
Respecto a la información, el psicólogo debe mejorarla, en el sentido de que esta información debe ser clara y estar perfectamente contrastada. La información tiene que pasar una serie de procedimientos para que no haya errores, y a veces, tarda en llegar.
Para finalizar, considerar que la atención ha de ser muy individualizada y prestar la ayuda que cada persona requiere en cada momento. La ayuda tiene que ser muy personalizada, porque no todo el mundo tiene las mismas reacciones, ni las mismas condiciones físicas, ni actúa de la misma forma a nivel mental.

jueves, 16 de abril de 2015

RECOMENDACIONES

1. Conectar el cerebro antes de mover la lengua, pues:

  • El GENIO CALLA, 
  • EL SABIO MEDITA, 
  • EL MEDIOCRE MURMURA Y
  •  EL IGNORANTE    GRITA 
                                                           Anónimo

2.  " Estudia  como si fueras a vivir siempre y vive como si fueras a morir mañana"

                                                                                                                        Insulis       
                                                   
3. "Ten en cuenta siempre que sea como sea, el tiempo y las horas pasan sobre los días más aciagos"

                                                                                                                           William Shakespeare

4. "Siempre he tenido claro que: Es bueno saber que no estoy listo para todo, pero que por nada del mundo cambio lo que está por venir"
                               
                                                                                                                     Wolf Borges

lunes, 13 de abril de 2015

EL METILFEDINATO Y EL RENDIMIENTO ESCOLAR

La prescripción de metilfedinato en niños con trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad es una práctica habitual respaldada en los supuestos beneficios que posee este psicoestimulante para disminuir la activación y facilitar la concentración del niño, lo que, a su vez debería reflejarse en la mejora de su rendimiento escolar.
Un equipo de investigadores analizó los efectos del metilfedinato en el rendimiento escolar y el nivel de bienestar de más de 15.000 niños a lo largo de un periodo de 14 años. Específicamente, los investigadores examinaron en el año 1994 a más de 16000 niños de entre 0 y 11 años, y cada dos años fueron evaluando su progreso hasta el año 2008. 
La muestra localizada en el último seguimiento se compuso de 9818 niños a los que se evaluó sobre la presencia de síntomas de TDAH, trastornos emocionales, rendimiento escolar y problemas de comportamiento. Los resultados publicados a través de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Cambridge, apuntan que el consumo de metilfedinato se asoció a una disminución significativa en el rendimiento escolar, un aumento de la probabilidad de repetir curso y a peores puntuaciones en matemáticas, principalmente, en los niños frente a las niñas. Así mismo, se observó un incremento significativo de sentimientos de infelicidad y de problemas de convivencia con los padres, siendo estos efectos más notables en el grupo de niñas que en el  de niños. Con el paso del tiempo, el mantenimiento de la administración de metilfedinato se asoció a una mayor probabilidad de abandono escolar en niños, así como a una mayor presencia de trastornos del estado de ánimo