martes, 16 de junio de 2015

INTERVENCIÓN COGNITIVO-CONDUCTUAL EN LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD

La ansiedad es una emoción que surge ante situaciones ambiguas o de resultado incierto, en las que anticipamos un  posible resultado negativo o amenaza para nuestros intereses, preparándonos para actuar ante ellas mediante una serie de reacciones cognitivas, fisiológicas y conductuales (Cano-Vindel, 2004). Esta reacción natural de preparación nos ayuda a movilizar recursos para afrontar mejor dicha amenaza percibida. Así, si la situación que provoca ansiedad es muy importante para nosotros, es posible que provoque una fuerte reacción a nivel cognitivo que nos ayude a pensar más deprisa, centrar la atención en el problema, o anticipar posibles escenarios; además, puede movilizar recursos energéticos mediante una gran activación fisiológica; o tal vez una conducta más inquieta, ágil y rápida.
Sin embargo, en ocasiones la ansiedad no facilita una mejor adaptación , pues con frecuencia surgen falsa alarmas ente posibles amenazas que realmente no lo son, e incluso muchas personas se activan sin saber por qué, u otras tienden a percibir reiteradamente una serie de amenazas magnificadas que les provocan niveles excesivamente altos de ansiedad y que pueden llevar a problemas de rendimiento, de salud o físicos.                                                       
Algunas personas cuando llevan tiempo sometidas a un fuerte estrés, pueden presentar diferentes modos de desregulación emocional: 1) miedo irracional o temor a algunas reacciones emocionales o a determinados aspectos de las mismas (ej: miedo a dar una respuesta asertiva por temor al enfado de otros; 2) pueden mostrar evitaciones a situaciones emocionales, aunque no puedan permitirse evitarlas (ej: evitar hablar en público aunque se lo exija el trabajo); 3) o pueden experimentar una elevada activación fisiológica en una determinada respuesta.
En todos estos casos, por lo general, lo que observamos es que estas personas, además de ignorar qué es la ansiedad, qué son las emociones, para qué sirven y cómo se regulan, han desarrollado importantes sesgos cognitivos, así como un proceso de aprendizaje emocional "desadaptado", lo que les conduce en la dirección opuesta a la deseada, de manera que cada vez tienen menos control sobre las reacciones emocionales que les gustaría regular, pudiendo llegar a desarrollar uno o varios desórdenes mentales, especialmente trastornos de ansiedad.

viernes, 12 de junio de 2015

BULLYING

Los fenómenos de conflictividad y violencia que pueden acontecer en los centros escolares  son múltiples. Entre ellos se ha destacado el fenómeno del acoso, la intimidación y malos tratos de unos escolares hacia otros, fenómeno que se empieza a conocer en España con la expresión inglesa:"Bullying".
Podemos definir el bullying como un fenómeno complejo mediante el cual una persona o grupo puede verse insultada, físicamente agredida, socialmente excluida o aislada, acosada, amenazada por otr@/s  en su propio contexto social. Cuando sucede esto, la víctima llega a estar en una situación de indefensión psicológica, física o social, que le provoca un estado de inseguridad personal que merma su autoestima y disminuye su iniciativa.
El bullying tiene un componente de perversión moral porque rompe el esquema de reciprocidad moral que se espera exista entre el acosado y su víctima, que no dejan de ser iguales en status y condición social. Todos somos en alguna medida responsables de la violencia, en tanto que no interrumpimos, a favor de la víctima, el injusto juego de dominio-sumisión en el que se suele ver envuelta. Un juego peligroso y dañino para todos.
Se han establecido seis tipos de roles que estarían implicados en la dinámica del maltrato entre iguales: agresor, reforzador del agresor, ayudante del agresor, defensor de la víctima, ajeno y víctima. Es decir, que hay alumnos que toman papeles activos en el episodio de bullying y otros que toman los roles de espectadores (activo o pasivo). Pero, más allá de la víctima y el agresor, un grupo de escolares está frecuentemente implicado, de una u otra manera, en el problema, o al menos lo conoce en detalle y frecuentemente lo tolera o mira para otro lado. Más allá de la crueldad y el daño que la violencia y el bullying ejercen sobre las personas involucradas, sus efectos se extienden hacia el contexto de la vida en la cual acontece este complejo y cruel fenómeno.

martes, 9 de junio de 2015

EL NACIMIENTO DE LA AUTOESTIMA EN CADA UNO DE NOSOTROS

La autoestima es amor hacia sí mismo, incondicional a la realización personal a través del hacer o del tener.
Presuponemos que todas las personas ansiamos ser amados desde que nacemos hasta el mismo momento de nuestra muerte.
Nacemos siendo seres dependientes de lo externo, creamos mecanismos de protección con el objetivo de no estar solos y para ello sentimos que necesitamos no ser abandonados y puesto que la sobrevivencia es imprescindible para ese ser vulnerable al medio externo, es un campo de cultivo idóneo para plantar las simientes de la dependencia.
Un  niño ha de ser dependiente de un medio saludable y contenedor de sus temores, que le asegure ser amado por quien es, sin condiciones. Esta sana dependencia de la infancia y, un medio totalmente equilibrado, creará unos cimientos fuertes y estables para asegurar el camino de la autonomía del adulto.
Unos padres que establecen vínculos basados en el amor incondicional a "quien soy" y aseguran una protección de mi sobrevivencia, permiten crear, alrededor de mi esencia una red de información neuronal que me ayuda a abandonarme con confianza a los demás, a mí mismo y al disfrute de vivir , sin necesidad de tener o hacer para ser amado por los otros y por mi mismo.