En la localidad asturiana de San Juan de Arena, se han hallado, la pasada noche, los cadáveres de dos niñas de siete y nueve años, cuyo padre se había suicidado horas antes arrojándose desde un puente. El hombre estaba separado y tenía a sus hijas en régimen de visitas.
http://politica.elpais.com/politica/2014/11/27/actualidad/1417122559_904359.html
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Algunos vecinos aseguraron haber vivido episodios en los que el padre maltrataba a las pequeñas. Un empleado municipal reconoció que en una ocasión llegó a llamar la atención al presunto homicida por la forma en que estaba tratando a las niñas, golpeándolas en público ("Son tozudas", "No hacen caso", aseguró que respondía).
Una barra de hierro parece haber sido la herramienta empleada por este psicópata amargado. Una barra ensangrentada que nos hace intuir la brutalidad de la paliza. Una sangre testimonial de unos hechos que deberían hacernos reflexionar sobre:
- La gradual y condicionada desensibilización que estos hechos (debido, desgraciadamente, a su frecuencia), pueden producirnos.
- La necesidad de informes psicológicos serios a la hora de dejar en custodia, potestad, régimen de visitas....etc. por parte de las autoridades jurídicas, a posibles personas peligrosas, incluso psicopáticas.
- La alarma que a todos debería encenderse frente al maltrato infantil y de género, y la información sobre lo que debemos hacer cuando seamos testigos de los mismos.
- Estas niñas, podrían haber sido, "son", cercanas a todos nosotros.
El pasado 25 de Noviembre se celebró el Día Internacional contra la Violencia de Género, QUE SIRVA PARA ALGO, QUE SIRVA PARA RECORDARNOS QUE LA VIOLENCIA ASESINA INCONTROLADA HAY QUE DENUNCIARLA AL MÁS MÍNIMO ATISBO, VENGA DE QUIEN VENGA.
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